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    Sección Consejos y Tendencias

  • ¿Pasión y Negocio?

  • Al conocer las historias de éxito de los grandes empresarios de México y el mundo, consciente o inconscientemente imaginamos que pertenecen a una cierta clase iluminada, de algún género humano extraordinario, y que han sido muy afortunados en la creación de sus riquezas.

    La verdad está muy lejos de este mito. Los verdaderos empresarios son personas ordinarias que, por contradictorio que parezca, han encontrado en su trabajo un pasatiempo, logrando transformar su gusto en una actividad altamente rentable.

    Rafael, un familiar que trabaja para una importante empresa transnacional, comenzó hace dos años con el “hobby” de sembrar flores exóticas. Con el paso de los meses, su pasatiempo se ha convertido en un negocio rentable, y me confiesa: “Espero ansiosamente a que sea sábado para levantarme a las 7 de la mañana y dirigirme a la granja a trabajar en mis flores… lo disfruto muchísimo” Hoy día su esposa y él han abierto una florería y de momento tienen más pedidos de los que pueden atender.

    Él está considerando seriamente renunciar a su trabajo y dedicarse tiempo completo a su negocio. La idea de que crear riqueza empresarial es un proceso aburrido, tedioso, que ante todo es motivado por la avaricia, es una creencia que nos puede limitar en el proceso de creación de nuestra propia riqueza.

    Las biografías y relatos de los empresarios más exitosos e historias como las de Rafael, indican que primero que nada, el emprendedor, en su proceso de construcción de una empresa, disfruta plenamente lo que hace.

    Es prácticamente indispensable para iniciar un negocio propio y consolidarlo el divertirse, apasionarse, disfrutando la esencia misma de lo que hacemos. De otra manera, las labores más difíciles y grises, propias de cualquier negocio, se tornarán insoportables. Si amas lo que haces, lo harás muy bien y eso se traducirá en un producto o servicio bien hecho, de calidad.

    La actitud entusiasta y la motivación detrás de lo que hacemos es palpable para los demás, y eso se traduce en pesos y centavos. La reflexión personal es: ¿qué giro de negocio, qué tipo de empresa, actividad productiva, oficio o vocación es la que me daría la mayor satisfacción? Una vez contestada esta pregunta, desde el fondo de la mente y del corazón, estamos ya por el camino correcto para crear una empresa de éxito.


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